Lentamente
La vida abrupta llega,
tranquilos silencios se
deslizan sobre la barda que separa tu casa de la mía,
silencios se agolpan en
el espacio de tu boca a mi boca
silencios que ocupan
espacios de esta cidade.
La vida pasa, eso sí,
sin silencio,
un ruido sordo aparece
y nos desaparece,
no somos nada,
ni la hoja que se
quedará cuando yo me vaya,
ni la lluvia que se
mantiene.
Hemos sido olvidados en
la alfombra del mundo,
enverdecemos a
destiempo y aún así estoy cansada,
y María se va
dejándome sin voz para cantar viejos ritmos,
olores a barrios
antiguos han desaparecido,
igual que tu nombre que
se ató al mio
igual que tu imagen tan
callada en el ruido.
Deseo encontrarte hace
largo tiempo
más ahora un amor ya
no revive,
un adiós en el vacío,
un pasado se ha
quedado,
un paseo se ha cansado
del camino que no era,
unos pies han errado la
vuelta de regreso,
las cosas, las palabras
en la garganta no encontrarán salida,
sin descanso me he
quedado.
Me oprimen estos pies
andados, este calzado usado, esta ropa tan ajena.
Me oprime tu sombra
pesada en mi espalda,
un abrazo arrancado me
sofoca.
Saudades de miradas
aisladas, cariños hablados, palabras sinceras, ritmos ocupados,
certezas blancas, azules diurnos, días sonoros, colibríes extraños,
promesas de albas, vientos azules, infancias completas.
Guárdame en esa
calabaza tuya, dame agua que tengo sed, moja mis labios partidos,
respira conmigo.
Hace tanto que no
duermo, que la voz no funciona, que tengo miedo.
Descansa a mi lado,
busco sosiego, no lo tengo.
Hace tanto que no
escribo, que no canto, que no sueño, que no veo a la distancia.
Pero un día un color
basta, un azul se presiente,
es tu azul pegado al
vientre, es tu azul nombrado, es tu azul-compás, es tu sonrisa azul,
te vendo mi cuerpo azul
nocturno, frutas y buenos días.
Te espero desde hace
tiempo que la espera ya no duele,
subterránea es la
angustia que se acumula.
No hay comentarios:
Publicar un comentario